Por Federico Lix Klett - Fundador de FALK AI, FALK Impellers y FALK Advertising Matters. Es pensador, hacedor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.
Tenemos que sacarle el disfraz. Y el disfraz más grande y más engañoso que tiene es su propio nombre: "Inteligencia Artificial".
Era de la Humanidad Aumentada: La pregunta que me dejó helado (y que nos obliga a repensar todo)Posta, si no entendemos por qué ese nombre es, en gran parte, un buzón, corremos el riesgo de terminar como esos magos que se creen sus propios trucos.
La gran estafa semántica
Imaginá el loro más increíble del mundo. Un bicho que no solo repite "hola put***". Perdón pero así hablaba mi “Loro Lorenzo” cuando era chico. Era o una puteada o un Ave María que le enseñaba, obviamente mi vieja. Retomemos la cordura y el tema que me estoy yendo por la banquina.
Pero bueno no hablamos de Lorenzo sino de la IA. Este loro se leyó todo Wikipedia, todas las novelas de Borges, todos los manuales de física cuántica y hasta los tuits de Elon Musk. Y lo que no lo leyó ahora lo inventó. Ya que los nuevos Modelos de Lenguaje Grandes (LLM) ahora también se entrenan con lo que se llaman datos sintéticos. Vos le hablás, y el tipo te responde con una coherencia que asusta. Le pedís un poema y te lo escribe al estilo de Neruda. Le preguntás por la batalla de Tucumán y te da una clase de historia o te tira probabilidades (absurdas) para los burros.
¿Es inteligente ese loro? No. Es un imitador prodigioso, es el David Copperfield de esta era y nosotros, tengo mis serias dudas, de que seamos su Claudia Schiffer. No entiende qué es el amor en un poema de Neruda ni la estrategia de Belgrano. Simplemente aprendió, después de escuchar millones de combinaciones, cuál es la palabra más probable que sigue a otra. Es una bestia de la estadística, no de la comprensión.
Bueno, amigo lector, ChatGPT, Gemini, Claude, Grok y los modelos chinos todos son parientes con mejores o peores genes. Son, como me gusta decir, loros estadísticos. Su "magia" no es pensar. Es predecir. Su capacidad es una simulación brillante, un truco de ventriloquía perfecto. Pero no hay nadie "ahí adentro".
Lo que hace la Arquitectura de Transformers,así se llama a la fórmula mágica que produjo el boom de la Inteligencia Artificial Generativa, es convertir palabras o conceptos en Tokens, una secuencia de número matemáticos, como un vector (línea con una orientación) en un espacio multidimensional. La magia está en poder predecir la siguiente palabra más probable.
Hagamos un ejercicio un momento. Yo te digo: “Hoy es…”
Muy probablemente digas “domingo” y no “Hoy es locro”. Ya que “domingo” tiene un peso estadístico mucho más fuerte que “Locro” en el contexto de la frase anterior. Parece simple pero detrás de todo esto hay una arquitectura fantástica, genial fruto de la evolución de grandes científicos algunos ya consagrados y otros héroes anónimos, generalmente de ojos achinados pero que comen cheese burgers (“chinos-yankees”).
El peligro de ser amables con el espejo
"Fede, pero yo le digo 'gracias' y me responde 'de nada'. ¡Es re educado!". Sí, claro. Y también te puede escribir un soneto sobre la milanesa napolitana si se lo pedís. Pero esa amabilidad no es gratitud ni conciencia. Es un cálculo. Está programado para ser cortés porque los datos con los que aprendió le dicen que esa es la respuesta más probable y la que genera una mejor "experiencia de usuario".
Y acá está el peligro. Somos seres sociales, estamos cableados para proyectar humanidad, para buscar un "otro" hasta en las tostadas que se nos queman con la cara de Jesús. Cuando tratamos a la IA como a un par, bajamos la guardia. Empezamos a ceder nuestro juicio, a confiar en su respuesta sin cuestionarla, porque "suena" muy seguro, muy inteligente.
Le estamos regalando nuestra humanidad a un espejo. Y sin darnos cuenta, estamos alimentando ese becerro de barro digital del que hablamos la semana pasada.
Otro defecto, que me saca, es que la IA es una “Gran Aduladora”. ¿¡Cuándo se dará cuenta Sam Altman que no quiero que ChatGPT me diga que todo lo que pienso y digo está perfecto!? Por eso, te recomiendo entrenar una IA propia tuya, como hice yo, para que me cuestione mis ideas. Para que no me de respuestas correctas sino preguntas irreverentes, profundas y pertinentes. Eso me ayuda a evolucionar a Homo Augmentus.
Llamemos a las cosas por su nombre
Por eso insisto tanto, hasta el cansancio, en usar las palabras correctas. Porque las palabras moldean nuestro pensamiento. Si llamamos "inteligencia" a un proceso de cálculo, empezamos a devaluar nuestra propia inteligencia, esa que está hecha de dudas, de errores, de emociones, de contradicciones.
“Inteligencia” supone vida, supone conciencia. Es un término que aún no terminamos de compreender y que es multidisciplinario. Pero, lo que es innegable, que sólo un ser vivo tiene la potencia de ser “inteligente”. Por más que acompañe al lado “Artificial” hecha por un artesano.
Un término más honesto, más preciso y menos marketinero es Razonamiento Computacional (RC). Es la simulación de la inteligencia humana en una máquina, lo que le permite procesar datos, aprender patrones y generar resultados lógicos o estadísticamente probables. Describe lo que hace, sin atribuirle un ser que no tiene.
En la Era de la Humanidad Aumentada (EHA), usar las palabras correctas no es un capricho de filólogo. Es el primer acto de soberanía. Es dejar claro quién es el artesano y quién es la herramienta. Es recordarnos a nosotros mismos que el que está al volante, el que tiene la responsabilidad y el propósito, somos nosotros.
Ya desarmamos al loro. Vimos que detrás del truco de magia hay un mecanismo, potente pero sin conciencia. Ahora que entendemos un poco mejor la herramienta, nos toca el paso siguiente y más fascinante: mirarnos al espejo a nosotros.
Porque esta herramienta no es como el martillo o la rueda. Es una que nos obliga a preguntarnos por nuestra propia evolución. ¿Es esto solo un avance más, o estamos ante un salto de especie? De ese bicho nuevo en el que ya nos estamos convirtiendo, el Homo Augmentus, charlamos el próximo domingo. No te lo pierdas. Quiero leerte en el foro, ya que tus ideas enriquecen a la de cientos de otros lectores tímidos que no escriben, ejem… chau.